Es probable que con una lubricada imaginación cualquier argumento se levante de la nada. Una idea es la simiente imprescindible del relato y cuando esta surge eventualmente ya tenemos nuestra primera línea argumental levantándose igual que la viga central de un edificio flotante.
Siempre he querido escribir una novela de conspiración al estilo de la literatura de acción contemporánea aunque sin tanto efectismo y definitivamente con gracia (es asombroso cómo la especulación sobre secretos históricos que incluya órdenes misteriosas, dudas sobre el Vaticano y reliquias provocan ventas multitudinarias aún cuando la pobreza del discurso revuelca al lector en su propia pobreza intelectual).
He creído que la estructura de la vida responde a intereses minoritarios que no comprendemos y que solemos amparar bajo uno de los nombres de un también incompresible dios.
He creído que la estructura de la vida responde a intereses minoritarios que no comprendemos y que solemos amparar bajo uno de los nombres de un también incompresible dios.
Por eso cuando reviso las etiquetas de los alimentos en los supermercados admito la posibilidad de envenenarme bajo mi absoluta voluntad a falta de alternativas naturales que ya se han ido reduciendo a un margen casi imposible para una persona de ciudad.
Me deleito viendo a personas excedidas de peso intentando un balance en sus excesivas vidas con alimentos ligh, ¿ligh? La etiqueta ligh viene asociada generalmente a una de dos o ambos sucedaneos: almidón modificado y/o edulcorantes. Ya no tomamos yogurt sino un sucedáneo a base de almidón que definitivamente debe tener efectos completamente diferentes que el yogurt natural y por eso todos los inventos de los probioticos como medidas de compensación. La idea que tengo del yogurt natural es que es un probiótico en sí mismo y hasta que caí en cuenta que ya no es yogurt lo que venden los supermercados, entendí porqué la insistencia en esos mecanismos probióticos sucedáneos.
Los edulcorantes son otro asunto interesante. Se sabe que el aspartame tiene efectos muy inconvenientes para el corazón y su incidencia en los niños suele ser mayor que en los audultos.
Las etiquetas dicen en grande que son ligh y en pequeño, a veces en párrafos ilegibles por su tamaño, la lista de elementos componentes como si en el caso del yogurt, tal vez el mejor alimento que existe, hiciera falta algo más que yogurt.
Quienes implementan estas normas de producción son los grandes grupos productores de alimentos que se encuentran en la base misma del control mundial. El norteamericano no es un gran imperio por su industria de armas y guerras sino por el control de las semillas y el alimento que consume el mundo. Olvídate de los cohetes estratégicos y los juegos de guerras de las galaxias. El control está en la comida.
Y la comida viene ahora envuelta en eufemismos que nos hacen creer que son más saludables cuando en realidad nos están haciendo engordar y enfermarnos de suerte irreversible.
Otro tanto ocurre con los celulares que donde quiera que lo lleves si se encuentra pegado o muy cerca del cuerpo resulta extremadamente peligroso. Si lo llevas por la zona de las ingles condicionan una estacionaria infertilidad. Si lo metes en el bolsillo de atrás del pantalón terminarás dañando la médula.
Así que, si fueras uno de esos tipos -que sin duda existen- que tienen a las personas por cifras y que tienen la función de dioses menores sea porque controlan la producción de algo de consumo mayoritario, sea porque ostentan cargos públicos de incidencia masiva, sea porque heredaron grandes fortunas o títulos, probablemente has considerado algún modo curioso de deshacerte de un poco de gente en una forma blanda.
Los edulcorantes son otro asunto interesante. Se sabe que el aspartame tiene efectos muy inconvenientes para el corazón y su incidencia en los niños suele ser mayor que en los audultos.
Las etiquetas dicen en grande que son ligh y en pequeño, a veces en párrafos ilegibles por su tamaño, la lista de elementos componentes como si en el caso del yogurt, tal vez el mejor alimento que existe, hiciera falta algo más que yogurt.
Quienes implementan estas normas de producción son los grandes grupos productores de alimentos que se encuentran en la base misma del control mundial. El norteamericano no es un gran imperio por su industria de armas y guerras sino por el control de las semillas y el alimento que consume el mundo. Olvídate de los cohetes estratégicos y los juegos de guerras de las galaxias. El control está en la comida.
Y la comida viene ahora envuelta en eufemismos que nos hacen creer que son más saludables cuando en realidad nos están haciendo engordar y enfermarnos de suerte irreversible.
Otro tanto ocurre con los celulares que donde quiera que lo lleves si se encuentra pegado o muy cerca del cuerpo resulta extremadamente peligroso. Si lo llevas por la zona de las ingles condicionan una estacionaria infertilidad. Si lo metes en el bolsillo de atrás del pantalón terminarás dañando la médula.
Así que, si fueras uno de esos tipos -que sin duda existen- que tienen a las personas por cifras y que tienen la función de dioses menores sea porque controlan la producción de algo de consumo mayoritario, sea porque ostentan cargos públicos de incidencia masiva, sea porque heredaron grandes fortunas o títulos, probablemente has considerado algún modo curioso de deshacerte de un poco de gente en una forma blanda.
Continuará
Se puede encontrar Cartas a Salomon a la venta? Donde?
ResponderEliminarGracias Anónimo por tu interés. Usando las palabras claves ´said orlando kindle´ hallarás en amazon.com mis libros. Ten en cuenta con son versiones electrónicas. Te agradecé que dejes un comentario allí porque la ausencia de ellos siempre conspira contra lo escritores emergentes. Un abrazo.
ResponderEliminarHola humanoide ;) Echando de menos las letras con que solías deleitarnos. Han quedado en el aire tantas interrogantes sobre la familia secreta....! Hay planes de retomarlo? un saludo
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