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Mostrando entradas de marzo, 2011

El pretexto argumental o cómo se construye una sinopsis

Es probable que con una lubricada imaginación cualquier argumento se levante de la nada. Una idea es la simiente imprescindible del relato y cuando esta surge eventualmente ya tenemos nuestra primera línea argumental levantándose igual que la viga central de un edificio flotante. El argumento es una construcción que ha de realizarse con el mayor de los cuidados midiendo consecuencia y consistencia. Siempre he querido escribir una novela de conspiración al estilo de la literatura de acción contemporánea aunque sin tanto efectismo y definitivamente con gracia (es asombroso cómo la especulación sobre secretos históricos que incluya órdenes misteriosas, dudas sobre el Vaticano y reliquias provocan ventas multitudinarias aún cuando la pobreza del discurso revuelca al lector en su propia pobreza intelectual).

Katy se ríe en web

Katy es una chica que ríe mucho (al estilo web claro: jajajaja. Eso es lo interesante de este tipo de comunicación: todo es significante). Katy cuenta una vida basada en  acciones emocionales en las que un giro paterno (por ejemplo, abandonar una causa en contra de un eventual y tempranero matrimonio) terminó por hacer la decisión de casarse (un mecanismo curioso siempre eso de "llevar la contraria", ¿cierto?). Katy se casó con dieciséis años con un chico de dieciocho. Una edad, pienso, insuficiente para alguna buena medida de la vida y lo que es su núcleo biológico: la sexualidad. Está bien Katy no es tu caso y por eso estás en contra de todas las estadísticas (Katy rie). Este punto de coincidencia (el de Katy y quien fue su esposo), supondría generar dos biografías paralelas y claro, interdependientes, pues como suele ser la vida aunque reclamemos esa dudosa premisa de la casualidad. Es un ejercicio curioso comprender  el mundo de motivaciones de una persona a partir,