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Cicum stantia

El personaje, igual que el individuo corriente, es su circunstancia. No hay mejor lección que la vida propia para entender esto. El individuo, lo que lo individualiza y hace único, es la manera en que responde a sus circunstancias, lo cual a su vez ha sido propiciado por anteriores circunstancias. En esto hay un ritmo apenas comprensible y una ley. Quiero nombrala como Ley de la Periodicidad, una ley que explicaría por qué un individuo cada cierto número de meses o de años agota un cierto cúmulo de posibilidades. Esto como expresión mayor de micro períodos sicológicos que pueden durar meses, semanas, minutos o segundos antes de que se produzca un cambio de comportamiento, una variación  menor que presupone un cambio vital.

La condición del diálogo

Cinco minutos antes de irse a su oficina una mujer le pide a su marido que salga de su vida. Es evidente que se ha tomado su tiempo para concebir esta formulación. Así que administra cada uno de sus recursos (palabras, expresiones, postura y hasta pensamientos) para ofrecer una completa imagen de la ecuanimidad. Esta mujer sabe lo que está haciendo. No ha sido una conversación banal, ni siquiera el punto álgido del último encontronazo. Si hubiese que escribir un diálogo resultaría sin duda una conversación breve; en cambio larga y circunvoloide como suelen ser las rutas de los matrimonios contruidos sobre los mitos que genera la cultura.

La percepción que los demás tienen de ti difiere, por mucho, de la imagen en la que te regodeas

Ninguno de los principios del Método de Personaje han salido de la mente inquieta e ilustrada de un artista-filósofo.  Las ha producido la propia "realidad" (lo que quiera que esto signifique) en la percepción del atribulado tipo que le dio nombre a este sistema de elaboración de guiones y novelas. Bueno, dirás, es tu interpretación del asunto.